Artículo publicado en Sintetia el 20 de marzo de 2014
Llevamos seis años de crisis y, con ello, seis años de un nuevo género literario, a saber: los libros sobre actualidad económica que tratan de explicar al lector no especializado las causas, los orígenes y los culpables de la debacle, así como las posibles soluciones a la misma. El cambio es profundo, pues nace de la demanda, es decir, de un nuevo tipo de lector que ya no es el habitual en libros de economía (profesionales, profesores, inversores, etc.) sino que se extiende al conjunto de la sociedad.
En este sentido, advertimos tres grandes grupos de lectores: aquellos que demandan información sobre lo ocurrido; aquellos que buscan en los libros sobre la crisis reforzarse ideológicamente y, por último, aquellos que buscan propuestas alternativas al actual sistema económico.
¿Qué ha pasado?
A este primer grupo de lectores, aquellos que compran libros de actualidad económica para entender qué ha ocurrido, quiénes fueron los responsables y obtener respuestas acerca de cuándo saldremos de ésta iba dirigido La crisis Ninja, de Leopoldo Abadía, publicado por Espasa en 2009 y que se convirtió en el primer bestseller de este nuevo género, superando los 100.000 ejemplares vendidos. También propuestas como las del economista José María Gay de Liébana (España se escribe con E de Endeudamiento, Deusto, 2012); la del periodista estadounidense Michael Lewis, autor de Boomerang (Deusto, 2012) y de La gran apuesta (Debate, 2013); el ya convertido en clásico Esta vez es distinto: Ocho siglos de necedad financiera (Fondo de Cultura Económica, 2011), de los catedráticos de Harvard Kenneth Rogoff y Carmen Reinhart; la de la periodista de Expansión Gemma Martínez, Saqueo: Quién y cómo provocó la crisis del sistema financiero español (Conecta, 2013) o bien la propuesta que a seis manos escribieron el periodista Íñigo de Barón, el abogado Francisco Uría y Aristóbulo de Juan, ex Director del Banco de España, titulada Anatomía de una crisis (Deusto, 2013). El texto que publicó el economista David Taguas pocos días antes de su fallecimiento,Cuatro bodas y un funeral (Deusto, 2014), también tenía como objetivo explicar los factores que provocaron la crisis y, en concreto, se esforzaba por explicar los motivos por los cuales se había ensañado con tanta crueldad en nuestro país. Por último, también forman parte de este grupo los lectores de las recientemente publicadas memorias de Ben Bernanke, quien fuera Presidente de la Reserva Federal, y por tanto, máximo responsable de las políticas de choque que se llevaron a cabo tras las primeras señales de que el mercado financiero se resquebrajaba, Mis años en la Reserva Federal (Deusto, 2014).
No es economía, es ideología
En el segundo grupo, el de aquellos lectores que buscan reforzarse ideológicamente, cabe encontrar dos grandes corrientes ideológicas: por un lado quienes buscan textos que expliquen la crisis desde una óptica liberal, los cuales abogan por la reducción del Estado y, en concreto, del gasto público –que señalan no se ha producido durante los años de la crisis, sino más bien al contrario- como única solución para hacer frente al déficit público y poder enderezar el rumbo económico. Por otro, quienes buscan argumentos para protestar contra los recortes y las políticas de austeridad, proporcionados por economistas de izquierda.
En el primer grupo la lista es larga y no son pocos quienes han bromeado afirmando que en España hay más autores liberales que liberales, aunque lo cierto es que se trata, tanto en autores como en lectores, de un grupo significativamente amplio. Y no debido al número en sí, ciertamente muy escaso si se compara con los potenciales lectores de un texto de izquierdas, infinitamente más numeroso, sino por el alto índice de lectura de sus integrantes. Dicho en otras palabras: en España hay pocos liberales, pero estos leen en cantidades muy superiores a la media.
La oferta, como decimos, es amplia y entre ella destacan tres nombres propios: los profesores Carlos Rodríguez Braun y Juan Ramón Rallo y el economista y gestor de fondos Daniel Lacalle. Los dos primeros publicaron conjuntamente El liberalismo no es pecado (Deusto, 2011) y Una crisis y cinco errores (LID Editorial, 2009) y, en solitario, Juan Ramón Rallo publicó Una alternativa liberal para salir de la crisis (Deusto, 2012) y coordinó Un modelo realmente liberal (LID Editorial, 2012). Daniel Lacalle, por su parte, irrumpió con insospechada fuerza con su primer libro, Nosotros los mercados (Deusto, 2013), cuyas excelentes ventas le convirtieron en tiempo récord en, probablemente, el economista liberal más popular. Meses después remató la faena con Viaje a la libertad económica (Deusto, 2013), texto con el que repitió éxito de ventas.
En el segundo grupo, aquel en el que se exponen planteamientos socialdemócratas o neokeynesianos, encontramos un líder absoluto, el libro del economista José Carlos Díez Hay vida después de la crisis (Plaza&Janés, 2013), uno de los últimos bestsellers sobre actualidad económica. También fueron un éxito de ventas los dos textos que escribieron conjuntamente el diputado Alberto Garzón y los profesores Juan Torres y Vicenç Navarro: Hay alternativas (Sequitur, 2011) y Lo que España necesita (Deusto, 2012). En este grupo cabe sumar, también, el texto del colectivo Economistas frente a la crisis, que llevaba por título No es economía, es ideología (Deusto, 2012).
El duelo entre liberalismo y neokeynesianismo ha sido objeto, además, de libros cuyo fin ha sido precisamente explicar dicho enfrentamiento, como el excelente Keynes vs Hayek: El choque que definió la economía moderna, de Nicholas Wappshott (Deusto, 2013) o bien el texto escrito por Jordi Sevilla y por Lorenzo Bernaldo de Quirós y que explícitamente resumía en su título el debate que estaba encima de la mesa: ¿Mercado o Estado? Dos visiones sobre la crisis (Deusto, 2011). Asimismo, la necesidad de remontarse a las fuentes originales han posibilitado la traducción al español de trabajos como la biografía de John Maynard Keynes (RBA, 2013), escrita por Robert Skidelsky, o bien la reedición de Camino de servidumbre (De bolsillo, 2011), la obra magna del economista austríaco Friedrich A. Hayek.
Nuevas fronteras
Por último, debemos reseñar las propuestas que, al calor de la crisis, nos proponen sistemas alternativos al actual, como es el caso de Christian Felber, quien en La economía del bien común (Deusto, 2012) nos presenta un modelo económico que supera la dicotomía entre capitalismo y comunismo para maximizar el bienestar de nuestra sociedad. En este grupo, sin embargo, la voz que más se escuchó fue la de Stéphane Hessel, cuyo ¡Indignaos!: Un alegato contra la indiferencia y a favor de la insurrección pacífica (destino, 2011) vendió miles de ejemplares y fue el manifiesto que llevó a la calle a miles de personas, dando también nombre al movimiento. También en este grupo, aunque ubicadas en otro registro ideológico, cabe encuadrar propuestas como la de Juan Manuel López Zafra, en cuyo Retorno al Patrón Oro (Deusto, 2014) argumenta a favor de un retorno al patrón oro como solución definitiva a la crisis, y la de Juan Ramón Rallo, quien defiende en Una revolución liberal para España (Deusto, 2014) una propuesta para reducir el Estado a la mínima expresión. Es muy probable que ambas propuestas, de haberse presentado antes de la gran debacle económica, no hubieran sido recibidas con el calor y las ventas que lo han hecho tras seis años de penurias.
Un nuevo lector y también un nuevo tipo de economista: el economista mediático
El auge de los libros sobre la crisis ha significado también el nacimiento de un nuevo tipo de economista: aquél que tras el lanzamiento de su libro se convierte en celebridad mediática con continuada presencia en los medios de comunicación, donde explica lo ocurrido y ofrece sus recetas para salir del atolladero, erigiéndose, en ocasiones, en un auténtico líder de opinión. Es el caso de los ya mencionados José María Gay de Liébana, Leopoldo Abadía, José Carlos Díez o Daniel Lacalle, cuyo denominador común, además de su presencia en los medios, es su presencia activa en las redes sociales, en las que cuentan con miles de seguidores, y su continuada participación en conferencias y foros de opinión.
¿Y hasta cuándo?
Los libros sobre actualidad económica representan un nuevo género literario cuya presencia en las librerías durará lo que dure la crisis, es decir, lo que dure la demanda de textos que nos ayuden a entender sus causas y atisbar sus posibles soluciones. No obstante, su auge ha permitido incrementar el conocimiento sobre cuestiones económicas y financieras de nuestra sociedad, algo que, sin duda alguna, es de agradecer, pues aportará su granito de arena para que en un futuro próximo no cometamos los mismos errores y, por consiguiente, evitemos un nuevo desastre económico.
Te has dejado el mas importante: Lo que España necesita. Y a sus autores, claro. Demasiado rojerio no? Claro…
En efecto, podría haberlo incluido. Si no lo hice no fue por el motivo que comentas -al fin y al cabo no sólo fui el editor del libro sino que yo mismo les propuse a los autores que lo escribieran- sino porque me regí por las ventas y la visibilidad de los libros y los autores.